Los datos son una lente de mi forma de ver el mundo. Es un filtro y, luego, un material de diseño con el que creo.
La obra de Giorgia Lupi es algo así como un enigma. Esta neoyorquina nacida en Italia ha trabajado con una variedad ecléctica de clientes, desde IBM y Google hasta la ONU y la Organización Mundial de la Salud. Lupi se define a sí misma como diseñadora de información, un campo que existe en algún punto intermedio entre el diseño gráfico y el análisis de datos. Su trabajo se centra en ilustrar los datos de una manera que vuelva a conectar los números con la humanidad que los sustenta.
Los datos son un marcador de posición para el conocimiento, las ideas y los comportamientos, un método ideado por humanos para analizar y archivar las realidades individuales. Si los datos son una herramienta para representar y comprender la realidad, Lupi sostiene que las formas en que los datos se representan visualmente deberían transmitir un mayor sentido del elemento humano que hay detrás de los números.
Su trabajo se basa en datos, pero conserva un elemento crucial de la humanidad, ya que combina conjuntos de datos sólidos con una «capa» más suave de elementos cualitativos, emocionales y profundamente personales.
Lupi expresa su frustración por la economía de las infografías baratas que se utilizan para representar visualmente datos, gráficos de barras y gráficos circulares que intentan diferenciar la simplicidad de la complejidad de los datos. Los datos son una representación de la realidad, que a menudo es ambigua, turbia y complicada. Cuando eliminamos la posibilidad de introducir matices en el lenguaje visual de la representación de los datos, eliminamos la posibilidad de comprender la importancia de las historias y de las personas que hay detrás de las cifras.
En un conmovedor homenaje a las emociones viscerales que a menudo subyacen a los conjuntos de datos, la colaboración audiovisual de Lupi con el compositor Kaki King, titulada Bruises-The Data We Don't See, documenta tres meses de hospitalización de la hija pequeña de King, Cooper, tras ser diagnosticada con una rara enfermedad autoinmune, la púrpura trombocitopénica idiopática (ITP), en la que el cuerpo ataca sus propias plaquetas y evita la coagulación.
La enfermedad se presta bien a la forma única de representación de datos de Lupi, ya que se trata de una enfermedad altamente visual que, por lo general, se diagnostica primero con hematomas inexplicables del paciente en todo el cuerpo. King y Lupi comenzaron a recopilar los datos clínicos de los recuentos de plaquetas y los resultados de laboratorio de Cooper y a combinarlos con datos más personales, como los libros que le leían a Cooper mientras estaba en el hospital y los sentimientos de desesperación, enfado y esperanza familiares de cualquier persona que haya sufrido la enfermedad de un ser querido.
La pieza audiovisual resultante es una representación conmovedora y profundamente personal de las manifestaciones físicas y emocionales de la enfermedad, que va mucho más allá de los datos clínicos.
Esta vez, en este momento particular de la vida de Kaki, sentimos la necesidad de profundizar. Combinamos nuestras prácticas artísticas para recuperar cierto control sobre estos aterradores acontecimientos: iluminamos las dimensiones más humanas de lo que tan fríamente llamamos datos y convertimos esta inquietante época en una especie de belleza catártica.
Bruises es un testimonio del sentido de empatía que Lupi espera cultivar en las visualizaciones de datos. En su opinión, la sed de macrodatos no es solo un desafío técnico, sino también el desafío de conservar la complejidad y el contexto de las cualidades humanas que son tan fundamentales para nuestros esfuerzos. Los datos son una manifestación del deseo de ser recordados y, de alguna manera, comunicar «yo estuve aquí». Con esto en mente, Lupi sostiene que se producirá una verdadera revolución si cultivamos métodos para visualizar la incertidumbre y comunicar la empatía mediante la visualización de datos.
Al transformar la heurística estética utilizada para visualizar los datos, Lupi espera devolver un grado de dignidad y humanidad a nuestro yo en línea y, en última instancia, crear un intercambio más recíproco entre las empresas que se tragan nuestros datos y las personas, las ideas y los comportamientos que representan esos puntos de datos. Dejando de lado las preocupaciones éticas relacionadas con la recopilación de datos, el proyecto de Lupi busca, en última instancia, brindar a los usuarios una mayor oportunidad de comprender la información que se extrae constantemente de su vida cotidiana.
